martes, 21 de octubre de 2014

Doble identidad


Hace unos días, al revisar las páginas de empleos y sus ofertas, varias cosas se me pasaron por la cabeza, pero la principal fue que según los trabajos leídos debo pensar que la vocación murió hace mucho tiempo, que la realidad se encargó de matarla de un hachazo cortándole la cabeza o la mantenemos prisionera, porque no me imagino a una profesora preguntándole a un niño:
-¿Qué quieres ser cuando seas grande?- y que éste le responda:

-Quiero ser “Consultor de Relaciones Institucionales”… “Jefe de Productos Terminados”… “Asesor Previsional en Canal Empresas”…

I mean… Really??  A todo esto… ¿Qué chucha hace un consultor? Cuando he preguntado: ¿Tú qué haces? – Soy consultor, hago consultorías. Mmm… Ya, y me lo dicen como si fuera el Dalai Lama de los trabajos, para mí es como escuchar: Gonzalo González.

En fin, no sé en qué momento el tren de la vida me dejó atrás porque no entendí los cargos publicados. En un mundo utópico estaríamos llenos de anuncios basados en las vocaciones, pero lamentablemente algo sucede en el camino que nos pierde, por lo general y lamentablemente es la plata. En Chile la educación es tan cara que la vuelve inalcanzable, ya es una rareza encontrar respuestas simples en las personas como: soy médico, soy dentista, soy arquitecto, soy abogado… a medida que se complica la vida se complica la forma de ganártela: soy asesor de gestión y control documental, y tragarte tus ganas de ser veterinario porque estudiarlo te costaba un puto ojo de la cara.

Yo creo que por eso nos hemos vuelto como los superhéroes, con doble identidad. Somos Cajero de banco/Médico, Ejecutivo de Cuentas/Profesor. De día somos una cosa, pero de noche o en nuestro tiempo libre somos otra. De día desempeñamos un papel para la sociedad, donde te muestras ocho horas realizando labores por obligación, y que al salir puedes ser aquella persona que realmente eres o deseas ser. Soñando, creyendo que puedes hacer una diferencia, teniendo esperanza de que todo cambie algún día. Vivimos esperando, ¿no es extraño eso? ¿Esperar qué? ¿Esperamos quitarnos el disfraz y no lo hacemos por miedo? Salimos temprano de la oficina y la libertad que uno respira esa casi embriagante, ¿sucedería lo mismo si amáramos lo que hacemos?

Vivir de la vocación debe ser un sueño hecho realidad, donde uno se levanta feliz de la cama con ganas de que sea lunes y no viernes. Yo creo que la rutina de hacer las cosas por obligación, desgastan al ser humano a tal punto que eliminan cualquier vestigio de infancia. Soñar se ha transformado para muchos en una proyección de verse con más dinero y con más tiempo para gastarlo en más cosas.

Uno de mis mejores amigos, Danilo, es de aquellas personas que si pudieran ser ermitaños lo serían. Yo creo que no lo ha hecho porque es tan pajero que no lo imagino sembrando, mucho menos cosechando su propia comida. Para él la vida es un lienzo de colores diversos que por admirarlo no deberíamos pagarlo. Muchas veces le encuentro razón, sin embargo, las sacudidas del sistema te despiertan del letargo hippie y debes estar atento. Si bien, mi vocación es ser escritora, con mayor razón debo estar pendiente de lo que sucede y capturar las historias que siempre revolotean a mi alrededor, aunque últimamente la inspiración y las ideas no dejan de evadirme como si fuese leprosa, así que mientras tanto me visto de Ingeniero para ir a entrevistas en las que te dicen:
-Tienes un excelente perfil, de hecho tremendo…- y miraba mi currículum como un evangelio perdido. Yo ya estaba casi segura que cumplía con lo solicitado cuando volvió a mirarme- pero estas muy por encima de lo que necesitamos. Muy sobrevaluada. Si te contrato, tendría que despedir como a dos del equipo. Prefiero a alguien recién egresado porque con tus capacidades, sería como matar moscas con bombazos.

Yo estuve a punto de decirle un dubitativo y extraño “¿Gracias?” porque me quedé con un gusto raro en la garganta, entre halago y decepción. Sin nada más que agregar, me despedí amablemente y me fui con mis bombas para la casa. Clark Kent tendría que esperar, hoy soy un Superman que trata de volver a volar.

2 comentarios:

  1. España es ya un país emergente, como Brasil, India, etc, y Madrid es la ciudad del mundo con el mejor perfil de empleados de McDonalds: todos universitarios superdotados, superhéroes que no irán a la luna sino a ver las estrellas quemados por la plancha del McChicken... ¡Este mundo!
    Un saludo
    JM

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  2. Harto cabro chico que quiere ser bombero, y de adulto... sólo los pirómanos!!! xD
    La vocación es como una palanca colocada debajo de un planeta para moverlo: es factible usarla y vivir de ella, pero cuesta un mundo hacerlo y requiere de un gran apoyo.
    Me gustó tu crónica, es un tema que nos toca a todos.

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