Hay ciertas etapas marcadas por canciones
que nos movieron el piso, nos estremecieron, nos identificaron, nos hicieron
llorar, etc. La mía fue la que describiré ahora, “Mi soledad y yo”,
canción de Alejandro Sanz que fue hit en los años noventa. Ese tema en
particular, aparte de ser muy lindo en cuanto a letra, música y contenido, me
marcó no de modo cursi sino porque fue la canción de mierda más escurridiza de
mi vida, ¿por qué? en esos años, cuando se escuchaban casetes y el internet era
cosa que pocos conocían, encontrar un tema específico en el inmenso universo de
la música era un completo y desesperante hueveo. Todos mis compañeros de
generación me encontrarán la razón en que se tenía la cinta virgen lista en la
casetera del equipo para pillar LA canción que anunciaba el locutor, y cuando
eso pasaba corrías botando hasta tu vieja en el camino para apretar REC, ¡Fuera de mi camino!, gritabas. Bueno, me pasó eso y lo peor de todo
es que estuve ni más ni menos que cuatro meses sin saber cómo chucha era esa “nueva”
canción de Sanz que a todo el mundo le encantaba.
Para alguien que no tiene la misma curiosidad
marciana que yo, no le parecerá terrible no saber una cosa puntual: Ya la escucharás, me decían algunos sin
darle importancia, pero me ponía de mal humor invertir mi tiempo en esperarla
en las radios mamonas como lo eran Aurora
FM o Pudahuel- tragarme a la
insoportable vieja chismosa del Pablo Aguilera fue lo más difícil. Otros
sugerían lo obvio: Pero cómprate el
casete. Ya, ehm… sí, gracias por decir lo más absurdamente lógico en la
historia de la humanidad. No era esa la idea, nunca fui una fanática de Sanz
sólo era la puta curiosidad, porque todas mis compañeras llegaban cantando la
mierda mientras que yo esperaba el sueño escuchando por mi Personal Estéreo cambiando el vial de estación en estación. Lo más
terrible no era no dar con el tema, sino que era oír justo al cambiar: “Y eso fue Mi soledad y yo de Alejandro Sanz…”
– ¡Por la puta que te parió!, gruñía yo.
Estas nuevas generaciones no tienen idea
del calvario que tuvimos que pasar nosotros (los casi treintañeros) para
encontrar LA canción o LA película corriendo entre la Feria del Disco, el
huevón pirata de la feria, los videoclubs y que te digan que la película la
arrendaron, que no ha llegado, un sinfín de desgracias que te desanimaban más
que la cresta. Ahora, si no te sabes el título de la canción pero sí un par de
líneas del coro, a Google, las escribes y la mierda sale por un tubo con
vaselina, te aparece hasta la dirección de la casa del cantante para que vayas
y la escuches de su misma boca. Información Just In Time. ¡Qué injusta es esta
huevada! ¡Maldita tecnología que no llegaste antes! ¡Hubiera puteado menos con
los pliegos de papel en las disertaciones del cole! ¡No hubiera tenido que
cortar un trocito para pegarlo encima de la letra maricona en donde me había
equivocado! ¡Maldito plumón permanente! ¡Putas transparencias aburridas! Es
cosa de ver lo que se puede hacer actualmente en Powerpoint, Flash, Photoshop,
Blender (una mierda de diseño en 3D), etc. Si estos pendejos no hacen los
trabajos como la gente y más encima reprueban, es hora de asumir que el futuro
de Chile está recagado. Nada qué hacer.
Sin embargo, fuera de todo lo que pueda
putear, no sé cómo hubiera sido si Facebook, MSN, Twitter, Whatsapp, hubieran
existido en mi adolescencia, tal vez habría sido más fría, más conflictiva, tal vez todas
estas facilidades de comunicación hubieran hecho exactamente lo contrario,
incomunicarnos más. Posiblemente ahora no sabría lo que son las exquisitas
cartas escritas a mano, estaría enviando sólo besos virtuales y expresiones
faciales que poco a poco me atrofiarían las de mi cara o me cagarían la ortografía
como he visto en muchísimas personas cuando escriben. Por ejemplo, el otro día
leí por ahí: “k te valla bien ;)” – NO ME HUEVEES, POR FAVOR!! QUÉ MIERDA ES
ESO? QUÉ EDAD TIENES? – perdón… tengo un pequeño problema con la gente que no
se preocupa de escribir correctamente. En fin, pensándolo mejor, creo que no me
hubiera gustado haber tenido todas las redes sociales y facilidades digitales
que existen hoy, porque todas las cosas que nombré le dieron sabor a mi
adolescencia, todas esas dificultades hicieron que valorara mucho más el
diploma de mis estudios, las pestañas quemadas que gané por leer libros sacados
de la biblioteca y obviamente este escrito no hubiera tenido ningún sentido.
Feliz nostalgia.
ResponderEliminarLos pendejos de hoy en dia no te escriben ni 2 frases de corrido con un sentido. Poder escribir bien es genial.
pd: Aah y escuche la cancion. Parte piolita pero es potente, se me esta pegando... Una vez eche yo asi de menos a alguien jejeje