miércoles, 21 de marzo de 2012

IX. Transantiaguina

Como bien dice Wikipedia: Transantiago es un sistema de transporte público urbano que opera en el área metropolitana de la ciudad de Santiago, capital de Chile. Este sistema fue implementado el 10 de febrero del año 2007 con toda una nueva ruta de paraderos y forma de pago. Y debo decir que entre las rabias que me hace pasar, me recago de la risa.
Han pasado 5 años desde que estos transportes públicos recorren la ciudad, comuna a comuna, y cada día me ayuda a conocer más a la gente, sus actitudes, sus personalidades y estados de ánimo. Me considero una persona observadora, detallista y con un peculiar sentido del humor, creo que eso me ha favorecido a la hora de escribir alguna historia o alguna anécdota. Pero les digo, no es cosa de sólo abordar un autobús y dirigirse a destino, sino que la aventura que significa el trayecto mismo. Me han pasado tantas cosas y he presenciado tantas otras que si me las rayara en el cuerpo parecería cebra. Y por esto mismo, he diferenciado los tipos de pasajeros que existen habitualmente y les daré un ejemplo:
-“El buena onda”- ese que rara vez se ve, es cortés, te cede el asiento y por lo general vienen de regiones fuera de Santiago.
-“La vieja persa”- esa que sube a la micro cargada de huevás más un carro de feria a la hora que sea.
-“El flaite esquizofrénico”- ese que se cree una de estas tres cosas: embarazado, minusválido o anciano, por eso ocupa sin reparos los asientos reservados (de color naranjo)
-“El del síndrome Mr Wilson”- ese que lleva la mochila o alguna huevá inanimada en el asiento de al lado como si fuera su mejor amigo y pagado su pasaje.
-“El flaite Surround”- ese que lleva el celular a todo volumen con su envolvente sonido Full HD de reggaetón, cumbias y bachatas.
-“El lector loro de pirata”- ese que siempre se posa sobre el hombro del que lleva un diario del día y lee con él sin disimulo.
-“El pollo en corral ajeno”- ese que toma la micro pero no sabe para dónde mierda va ni dónde se tiene que bajar, y por ende, te pregunta a cada rato.
-“El mono porfiado”- ese que se duerme a mitad de camino y se tambalea para todos lados y siempre vuelve a su estado original.
-“El ex secuestrado”- ese que teme tanto no alcanzar a bajarse que no le importa empujar, golpear y patear con tal de salir antes de que lo lleven a otro lado.
-“La vieja sin amigos”- esa que te pregunta una parada y luego te cuenta su vida, sus desgracias y finalmente la razón del por qué se dirige hasta X lugar.
-“La vieja piloto de avión”- esa que no puede viajar de pie.
-“La vieja falta de sexo”- esa que todo le molesta, todo lo reclama, no quiere ir ni sentada, ni parada, ni con gente, ni sola…
-“El ascensorista”- ese que sube a la micro y se queda al lado de la puerta aunque se tenga que bajar en 20 cuadras más.
-“El perseverante”- ese que sabe que ya no hay más espacio pero persevera, se apretuja y lo logra.
-“El electromecánico de buses”- ese que está convencido de que el timbre está conectado con el freno.
Creo que me faltaría blog para nombrarlos a todos, dejaré un etcétera mientras tanto para no olvidar mencionar también a nuestros artistas y vendedores ambulantes que tan bien nos hacen invertir nuestro dinero:
-“El rascador de alambres”- ese cantante cuya vieja guitarra por más que la toca ya no suena, pero insiste.
-“El Chayanne”- ese que anda con un micrófono de cintillo que se acopla y se escucha como la mierda en el súper amplificador que anda trayendo a cuestas.
-“El payaso Stephen King”- ese que cuando se sube te da más miedo que risa.
-“El estorbo”- ese que se pone a cantar justo en la pasada o en la puerta.
-“El único talento de la familia”- ese que se sube con guitarra, armónica al cuello y pandero en las patas. Nadie lo acompaña pero la hace todas.
En fin… tantas cosas. Debería agradecerle a nuestro gobierno el hecho de que me dé tanto material para reírme un rato de nosotros mismos, porque no hay nada mejor que tomar las cosas con humor. Santiago es una ciudad de estrés, como la mayoría de las capitales, pero si uno observa su alrededor y le da otra perspectiva a los acontecimientos, se dará cuenta que la rutina: de la casa al trabajo, del trabajo a la casa, puede ser un poco más divertida. Y si no... bueno, Valdivia es una bella ciudad donde vivir.

2 comentarios:

  1. Me haces tanto reír :)

    No pude comentar, pero te digo que pienso que eres una mujer talentosa, bella, transparente, autentica :) y muy asertiva jajajaj.

    Cariños!

    Karen.

    ResponderEliminar
  2. Ay! Amandita, sos seca! me hiciste reir ene!

    Besitos

    ResponderEliminar