Hace
algunos años me interné en la lectura de una saga que me cambió la vida y me ayudó
a ejercitar la imaginación de un modo impensado. Puede considerarse ñoño de mi
parte lo que voy a contar pero creo que merece un lugar en este blog. Recuerdo
muy bien que un día, mientras veía la televisión, aparecían spots de una
película de fantasía cada diez minutos de comerciales. En mi vida había sabido
de la existencia de esos libros tan populares entre la gente. Después empezaron
los afiches pegados en tres de cada cinco paredes de la ciudad, ya estaba un
poco chata, debo reconocerlo. Luego de la escuela, la guinda de la torta: mi
hermana llega a casa con el libro de mierda del cual todos hablaban y rodé mis
ojos diciendo para mis adentros Me
persigue esta huevada. Esa misma semana mi hermana terminó la lectura y eso
me llamó inmediatamente la atención, que ella terminara en menos de tres días
un libro de más cien páginas era como para pedirle hora al médico urgente.
El
libro se llamaba Harry Potter y la Piedra
Filosofal y lo tomé entre mis manos con cierta burla. Un niño sobre una
escoba, persiguiendo una pelota con alas, con un castillo en el fondo y un
animal de tres cabezas… ¿Qué porro de marihuana se fumó la escritora?- pensé
yo. Con tanta parafernalia de la película, con tanta locura por este niño mago,
doblegué mi testarudez y comencé a leerlo. Lo terminé esa misma noche sin poder
dormir y fui a clases al día siguiente con los ojos rojos como conejo drogado,
creyendo que sobre los cables del tendido eléctrico me encontraría con cientos
de lechuzas. No podía creer la genialidad de aquella historia y me reía de mí
misma al sentirme una niña pequeña otra vez. Partí corriendo a las librerías y
compré el segundo, me lo comí con igual rapidez. Fui al cine con mi hermana
y ver casi todo lo que había imaginado
en pantalla gigante me hizo amar la literatura mucho más de lo que jamás
imaginé. Olvidé la edad que tenía y soñaba con tener sangre mágica corriendo
por mis venas.
Cuando
ya habían pasado más o menos tres películas, buscaba en internet información
sobre el estreno de la cuarta entrega. Navegué por varias páginas hasta que di
con un foro de conversación en donde me registré y conocí a muchos jóvenes de
distintos países. Se me abrieron las fronteras de una manera increíble. Me hice
amiga de Cecilia, una chica bonaerense que hasta el día de hoy conversamos de
la vida y hasta viajé para visitarla; Lucía, una española tan distendida y
graciosa que se robó también mi corazón aún con un océano entre nosotras. Desde
México apareció Hortensia, una mujer ya de treinta y tantos, profesora y actriz
de teatro que con su pasión logró cautivarme. A este foro entraba todos los
días y era emocionante aprender de diferentes culturas. Debo decir que la saga
literaria nos despertó el apetito por aventurarnos en un espacio desconocido
antes que nacieran las redes sociales hoy tan utilizadas.
Durante
las noches, Ce, Lu- que era como las
llamaba- y yo, nos reuníamos por MSN a conversar por horas. Compartíamos
anécdotas, inquietudes, ideas, sueños, bromas… todo un arsenal de temas que nos
mantenían ocupadas hasta las tantas de la madrugada. Lu era la que más se
desvelaba. Con seis horas más de diferencia, yo miraba mi reloj indicando las 3
am recordando que en España serían las 9. ¡Vete
a dormir! ¡Descansa de una buena vez!, le decía yo, pero la española no
obedecía, era una adicta. Al pasar el tiempo, les comenté a las chicas que yo
escribía algunas cosas, cuentos, microcuentos, intentos de novelas, etcétera.
Le enviaba a Ce mis escritos y ella los alababa con tanto fervor que me sentía
una consagrada. Entre ella y Lu me instaron a participar en unas historias
paralelas que escriben los fanáticos. Yo nunca había oído de algo llamado Fanfiction o Ficción de fans, en donde
el lector hacía su propia trama pero con los personajes y el contexto
originales. En un principio me rehusé, no me parecía buena idea tomar algo ya
creado para moldearlo a mi manera, me sonaba hasta plagio. Sin embargo, comencé
a leer algunas cosas de otros fanáticos y eran bastantes buenos y entretenidos.
Me animé y participé en un concurso con un cuento de seis páginas, lo gané y
desde ahí fui soltando los dedos con algunas historias paralelas que pronto
llegaron a ser muy conocidas en el mundo fanfiction de Harry Potter. Mi seudónimo
Andrómeda comenzaba a ganar admiradores.
Cuando
se publicó mundialmente el séptimo y último libro de la saga, lo leí con un ansia
extraterrestre y quedé devastada. No tanto por el término sino que por las
decisiones de la escritora que yo no compartí para nada. La muerte de varios
personajes me dolieron en el alma, pero lo peor para mí fueron las parejas que
formó y ahí casi le mando una carta a J.K con Antrax esperando su muerte lenta
y dolorosa. Siempre esperé que el héroe se quedara con la heroína y mejor
amiga, de hecho en muchas historias que yo escribí los dejaba juntos, era lo
más perfecto que podía suceder, pero no ocurrió y eso me encendió una llama de ariana
engañada y me volví irracional.
Una
noche, desperté de golpe y creo que perdí varios tornillos. Me senté en mi cama
con el notebook en las piernas y comencé un “octavo libro” sintiéndome con la
libertad y derecho ridículo de hacerlo. No quería convencerme que el final de
la historia dejara tantos vacíos y preguntas sin respuestas. Empecé una
historia desde el epílogo mismo, desde los diecinueve años después que menciona
J.K y fue una cosa de no poder detenerme. Fue un fanfiction que me devoró horas
de sueño de mi vida. Traté de hacerlo con cautela, casi como si tuviera los
ojos del mundo puestos en mi pantalla. Amaba tanto a los personajes que a cada
uno fui dándole un nuevo propósito, una nueva batalla, creé un nuevo conflicto
y cada semana fui publicando un capítulo a la vez.
Lo
que tenía claro de esta historia era que no deseaba complicarme la existencia
rompiendo parejas formadas por cuatros personajes muy allegados, me daba pereza,
no deseaba meterme en la problemática de terminar matrimonios y todo eso, por
lo que decidí matar a Hermione Granger de una forma espectacular y dejar ese
amor prohibido con Harry lo más novelesco y cebollento posible. Ese capítulo
final lo tenía listo, guardadito en el celo de mis documentos; pero surgió un
detalle que me frenó de golpe. Este fanfiction, el cual titulé Fuera de Control, se volvió tan popular
entre los fanáticos que llegó a tener más de treinta mil lecturas semanales. Muchos
me decían lo genial y reconfortante que era, muchos encontraban consuelo luego
del término de la saga y me felicitaban en el foro, por correo electrónico,
hasta por teléfono. Mi angustia empezó a crecer, la presión también, mi estrés
poco a poco iba en aumento y no dejaba de pensar en ello. Sabía que me acercaba
al final y algunos lectores, cuando sospecharon el camino tomaría, empezaron a
“amenazarme” con que no se me ocurriera matar a nadie.
-Si
vas a hacer lo que creo que harás, te juro que voy a Chile a patearte el culo-
me advertía mi amiga Lu, quien me seguía cada semana en mis publicaciones.
Tanto
fue mi temor ante la reacción de los lectores que tuve que tomar el capítulo ya
creado y eliminarlo sobre la marcha. Me quedaban sólo dos capítulos para
terminar, es decir, dos semanas y me amanecí prácticamente escribiendo a toda
máquina, completamente comprometida con lo que estaba haciendo. Al final, quedó
un capítulo bastante decente y yo quedé conforme. El epílogo lo escribí de
manera que pudiera impactar a todos, dejando de paso hasta un mensaje para J.K
y lo publiqué. Tuvo tal buen recibimiento que recuerdo mi Inbox con decenas de
comentarios desde países como Rusia, Alemania, Italia. Fue un éxito total y yo
quedé agotada emocionalmente. Pude entender a la escritora original y me
reconcilié con ella, no podía seguir siendo una hija de puta después de
experimentar sólo una microscópica parte de lo que debió ser esa locura.
Esa
época, hace ya siete años atrás más o menos, me sirvió para conocer mis propias
capacidades, mi compromiso y hasta qué punto puede el amor por las letras impulsar
ideas descabelladas y desatar las emociones. Creo que esa experiencia me ayudó
a conocerme a mí misma, a crecer y entender que mi vocación, a pesar de hacer
otras cosas que a veces me alejan, es la escritura. En fin, eso, ahora pueden llamarme
ñoña con toda libertad.
Nada de eso, Andrómeda. Para ser ñoña hay que ser superficial. Yo también tuve hace tiempo una revelación sobre la escritura... Sigo esperando, pero no me desanimo. Mientras tanto, leo.
ResponderEliminarUn saludo
JM
Muchas gracias JuanMa,
EliminarMe alegra saber que no soy la única con revelaciones en el mundo de la literatura. Las letras unen por sobre kilómetros de distancia física.
Te mando un abrazo grande!
Querida Andrómeda, soy Cony, una de tus miles de admiradoras del foro LPDF. Me emocionó entrar al blog y ver que tu última publicación era sobre esto. Hace años que sigo tus historias, desde más o menos... "Razón, porfía y corazón" (esperó lo recuerdes y esto no suene como una fanática enloquecida jajaja). Más de alguna vez te dejé mis agradecimientos y felicitaciones en cada actualización tuya.
ResponderEliminarLlegué a este blog recién por casualidades de la curiosidad. Hace unas semanas añoré volver a mi adolescencia y volví a leer historias tuyas que tengo en Favoritos de mi navegador. Extrañé no ver noticias tuyas después de tanto tiempo y me animé a saber qué pasaba... y aquí estoy xD Sólo tuve la necesidad de darte las gracias por todos los momentos geniales que nos diste a mí, y a muchos más, con tus espectaculares historias. Me alegra saber que estás bien, y eso porque me encariñé contigo sólo a través de tus antiguas líneas, que me hicieron navegar por mundos maravillosos que aún no supero.
Mis respetos y cariños para ti (aunque aún no perdone que todavía no le des un final a "La profecía Black" u.u). Espero algún día conversar con mi ídola del fanfiction adolescente. Abrazos!
Cony!
EliminarQué gusto saber de ti!
Gracias por venir y leerme en este contexto tan distinto a los fanfictions del foro.
Sé que tengo una deuda pendiente sobre La Profecía Black, pero en cuanto a tiempo me vi muy atrapada y la inspiración siempre huye al no ver espacio decente para ella. Espero volver pronto, de verdad. Te agradezco leerme, acompañarme en cada capítulo y guardarlos en tu memoria y corazón, de eso se trata.
Un beso grande para ti y ven a leerme más seguido.
Es increible como lo que al principio es solamente un pasatiempo puede transformarse en algo tan tangible, con vida propia, que termina arrastrando a otras personas, y finalmente algo que trasciende lo interno que es la mente propia, para transformarse casi en una vocacion. Llegar a lograr eso requiere talento. Te confieso que soy pesimo leyendo no aguanto ni 2 paginas seguidas jajaja pero me gustaria tener esa capacidad solo para no perderme esa fuente de fascinacion =P
ResponderEliminarMuchos saludos Andromeda, abrazo!